Tal vez la parte fundamental y menos «vistosa» de la construcción de un edificio u obra civil sea la de cimentación, la infraestructura que asegura el equilibrio de las cargas y robustez de esa estructura. En los análisis y comprobaciones, el pensamiento científico es el que prevalece: observar, comprobar y validar, diseñar y ejecutar con rigor para que la estructura sea sólida. No hay costumbres, tradiciones u opiniones en esta tarea ¡más nos vale!
De forma parecida, la construcción de una persona: su carácter, su ética, sus recursos para afrontar las adversidades, para evolucionar y adaptarse a la realidad, para lograr su propósito, necesita una buena cimentación…
Cuando las suposiciones internas, las creencias fundamentales no se revisan, no se confrontan con la realidad para actualizarse, cuando no hay comprobación de su veracidad y utilidad, pueden generarse 2 actitudes:
Credulidad: ¡No necesito revisar ni confrontar, qué pesadez!
o bien
Creencia automática: ¡No necesito revisar o confrontar nada en absoluto! ¡Estoy más cómodo con lo que sé, que con lo que no sé!
En el fundamentalismo de las creencias, la posibilidad de interpretación y evolución es igual o próxima a 0, y en la persona que las mantiene provoca una zona de confort frágil y perturbable, porque la complejidad, la incertidumbre y los cambios sociales y económicos «piden» repuestas adaptativas y por tanto evolución.
¡Ni el mundo permanece inmóvil, ni las personas somos productos acabados, sino en continua transformación!
La disyuntiva es: ¿Nos hacemos buenas preguntas, analizamos nuestras respuestas, y cambiamos continuamente las preguntas? o ¿Cerramos nuestra mente y nos conformamos con lo que ya sabemos o creemos que sabemos?
El trabajo de desarrollo ¡sólido y efectivo! de un/a líder va de esto, de hacerse preguntas, analizar la veracidad y practicidad de sus respuestas y de sus suposiciones, de cambiar de preguntas y convertir esto en una disciplina de conversación continua con el equipo y sus colaboradores.
El/la líder que quiere desarrollarse necesita evolucionar en este sentido, en este nivel de consciencia, para poder influir y contagiar desde esta disciplina a sus colaboradores ¿Qué se necesita ahora? ¿Qué necesitamos? ¿Qué necesita nuestra organización? etc. ¡Toda una disciplina de aprendizaje en la que se fundamenta el desarrollo del liderazgo!
Por eso siento que cuando estoy con mis clientes hago muchas preguntas, sí, y sobre todo trabajo con sus respuestas y sus suposiciones, y avanzamos juntos con nuevas preguntas.
¡Practiquemos el liderazgo humanista y consciente!
Saludos. José Joaquín Marí.
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