Lecturas de verano

27 julio, 2023 - VALENCIA

El mundo está lleno de consejeros matrimoniales solteros. Charles M. Schulz

Recordé hace unos días el aforismo anterior del autor de Carlitos y Snoopy, y me hizo pensar… Me acudieron también las citas ¡Es muy difícil dar lo que no tienes! o la muy similar y más positiva ¡Médico cúrate a ti mismo!

Me gusta compartir lo que aprendo de mis lecturas, hacer sugerencias de libros, pelís o series, o compartir detalles de la Historia que nos ayudan a comprender el presente… y me dicen que cada día hablo más con metáforas. De vez en cuando entro en crisis existencial preguntándome con culpa o vergüenza si mi ego no estará engordando, si me sale demasiado el arrogante, o el crítico,  si mi discreción no es tanta, o si de humildad todavía estoy en primer curso…

Quiero, a pocos días de cambiar de actividad, honrar a los libros de autoayuda. Si leer ya es bueno per se, un libro que tiene la intención de ayudar, aún más.

Pero me pregunto ¿Por qué los criticamos?, casi tanto como los necesitamos y compramos…

 

Mi reflexión es que tal vez porque en algunos, encontramos en su autor y en su propuesta de ayuda, una falta de rigor o exceso de simplicidad, o, finamente, una sensación de libro oportunista, efectista, con objetivo de venta de consumo más que de propósito de ayuda. Tal vez. Eso nos hace desconectarnos rápido del propósito de ayuda y el libro pasa a ser otra cosa.

Desde luego, al autor de un libro de ayuda al que le percibimos mucho ego, o una necesidad de demostrar su sabiduría y de convencer… no le pueden seguir muchos lectores o mucho tiempo, ¡Igual me equivoco!

Lo que quiero es destacar la gratitud por los muchísimos libros y autores tan buenos como útiles, que han proporcionado ayuda, una filosofía realista y práctica de la vida, una guía para hacer observación-introspección-reflexión, en suma, para conocerse y aceptarse a uno mismo/a o para comprender, aceptar y afrontar adversidades de todo tipo. Un libro de auto ayuda, sí.

Cuando tengo periodos de descanso me vienen las preguntas incisivas del tipo: En mi trabajo, ¿De verdad, me creo lo que he dicho? ¿He escuchado sin juzgar, o preparándome para decir algo? ¿He permitido que el cliente se exprese de verdad, sin presión? ¿Le he aceptado incondicionalmente o ya le he etiquetado enseguida con un arquetipo? ¿Comprendo de verdad cómo se siente?, o, más bien voy como un misil al ¿Qué necesita y qué tiene que hacer o dejar de hacer?… ¡Qué lio!

Cojo un respiro, o algún libro de ayuda estimado, y encuentro ayuda y consuelo…

 

Voy a acudir a Carlitos o a Snoopy para reflexionar, con su ayuda, sobre todo esto.

¡Feliz agosto!

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