¡Mejor una demora que un desastre!

4 abril, 2024 - VALENCIA

Aprendo de las películas donde las personas afrontan situaciones límite: las bélicas, documentales sobre accidentes aéreos o naufragios… Como seres humanos, individual o grupalmente, elegir la respuesta adecuada cuando la emoción se desborda y las pulsaciones aumentan, ¡es pura vida!

He vuelto a ver la película Sully sobre el accidente del Airbus 320 y su amerizaje en el rio Hudson de Nueva York. El comandante, interpretado por Tom Hanks, admirable por su serenidad ante la adversidad, ya en el hotel, tras el accidente, saca un papel de su cartera que a modo de recordatorio dice:

¡Mejor una demora que un desastre!

 

En el trabajo diario de los directivos; las reuniones, los momentos y las conversaciones para dar o recibir feedback, o los conflictos sobrevenidos, se producen situaciones de riesgo, de alto impacto, con consecuencias en las personas y en sus relaciones no siempre predecibles.

La serenidad y la preparación para tener el momento necesario para gestionar las emociones, las pulsaciones cardíacas, para observar sin opinar, para pensar en la pregunta o en la respuesta adecuada… para elegir nuestras palabras, ¡para evitar las reacciones! Es un asunto complejo, que va a más de forma acelerada en el mundo de la empresa y que se repite una y otra vez en el día a día de los directivos.

Como digo en el taller Feedback, Reuniones y Conflictos, necesitamos construir un mecanismo de consciencia automática que nos bloquee o suspenda a la hora de dar feedback o mediar en un conflicto, si sentimos pulsaciones altas, emociones disparadas o juicios negativos.

 

Saludos. José Joaquín Marí.

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