Principios de conexión para un facilitador

1 septiembre, 2020 - VALENCIA

La autenticidad y la integridad son condiciones esenciales para que un Facilitador, Coach o Mentor pueda ser útil para una persona o para un grupo. Después están la experiencia y los conocimientos. Nuestro trabajo no va de «cambiar, encaminar a la persona y llevarla no se dónde», consiste en crear una relación con el cliente (individual o grupal) que pueda utilizar  para su propio desarrollo.

Estos han llegado a ser mis cinco principios para tener una conexión y una relación funcional con un cliente de desarrollo individual o grupal:

Ser auténtico.  Ser yo mismo, sin máscara, transparente y, si mi consciencia me lo permite, coherente.  Soy hijo de agricultor, he trabajado mucho, he cometido infinidad de errores y mucha gente me ha ayudado a llegar hasta aquí.

Aceptar y comprender al cliente como ser humano, -en proceso de crecimiento, no como algo terminado-. La aceptación no sirve de mucho si no va seguida de la comprensión y respeto por el cliente, esté como esté y venga como venga.

  Entrar en el mundo del cliente, en su contexto actual y también en sus «deberías y conflictos», con el propósito de escucharle y apreciarle  para que conecte con sus recursos constructivos.

4º Propiciar un clima de cambio por medio del aprecio, la aceptación y la valoración del cliente. Si yo soy capaz de escucharle sin juzgarle, estaré facilitando que el cliente también se acepte y que escuche sus propias experiencias, emociones, sentimientos y necesidades.

Aceptar y comprender sus creencias (tenga las que tenga) y orientarlo hacia su tendencia natural a actualizarse, a adaptarse y a desarrollar todo su potencial constructivo o positivo, ¡el negativo o destructivo no es objeto de mi trabajo!

 

Estos son para mí, el para qué y los cómo del trabajo de un buen facilitador, coach o mentor.

Y como no, los que nos dedicamos a esto tenemos que estar continuamente en proceso de auto mejora, gestionando nuestras heridas básicas, nuestros temas no resueltos y alguna neurosis, ¡cómo no!  Los clientes lo perciben todo de su coach o facilitador.

Uno de los focos principales suelen ser las creencias, el ego y los pensamientos, emociones y comportamientos derivados. Si bien lo más recurrente son las creencias, cómo actualizarlas y la influencia del ego para sostenerlas. Como metáfora, os dejo este cuento popular alemán. Un trabajo de autodescubrimiento y de autoliderazgo en el cliente no puede soslayar el trabajo de las creencias.

Había un abeto que quería tener abundantes hojas, como las de los árboles que le rodeaban. Deseó tener hojas de oro y le fueron concedidas, pero los ladrones se las robaron todas. Luego el abeto pensó que no era una buena idea y que lo mejor sería tener hojas de cristal, también hermosas y brillantes. Pero en el momento en que el deseo le fue concedido, una fuerte tormenta se las rompió. El abeto pensó entonces que esta tampoco era una buena idea y que sería mejor tener grandes hojas de arce, pero en ningún caso las suyas propias. Así deseó y le crecieron hojas de arce, pero una cabra las vio y se las comió…  A la postre, el abeto decidió que lo mejor era, sencillamente, seguir siendo un abeto.

 

¿Y tú? ¿Has empezado ya a trabajar sobre tu identidad real, sobre quién eres, sobre tu versión más autentica desprovista de identificaciones, proyecciones y creencias falsas o limitantes?

¿Tienes activado a tu observador interno? o ¿Sigue generando el diálogo interno tu crítico interior con juicios, deberías, etc.?

Lo bueno de hacerse tantas preguntas es que más pronto que tarde acabamos encontrando nuestras respuestas. Joaquín Marí.

 

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